Kawasaki domina ya, tras bastantes décadas de trabajo sobre esta arquitectura el cuatro cilindros en línea transversal, hasta poder decir que en estos momentos ha alcanzado, sencillamente, su excelencia. Esta Versys 1000, aparte ya de las otras hermanas de marca y cilindrada, representa la finura y la exquisita suavidad de estos motores. El tacto fino del gas lleva a una entrega de potencia (120 CV, 2 más que la anterior Versys mil) en dos modos, llena e incontestable, pero de un detalle tan progresivo que el motorista podrá graduarla milimétricamente a su gusto. El embrague y la palanca de cambio hacen juego con el motor para bailar con una armoniosa sincronía al son que toque el conductor, ya sea de paseo, ya sea sintiendo el lado más deportivo de esta Versys grande, que también lo tiene, ¡faltaría más!, porque, al fin y al cabo, estamos hablando de una Kawa.
¡Cómo será esa suavidad del cambio que durante los primeros kilómetros dudé si su eje dentado, o si la propia palanca, estarían mellados y no pasaban a la marcha siguiente cuando la subía o la bajaba! Una auténtica delicia, la verdad.
Posición
Empecemos la casa desde los cimientos, con la moto parada, y no nos adelantemos. Es ciertamente trail, aunque no en el rango más puro, por decirlo así, ya que abandona la vertical más exacta, para tirar el tronco unos grados hacia delante, colocando al motorista en una actitud un punto más deportiva, por encima del puro concepto trail. El manillar, con la anchura obligada en la categoría, guarda una mesura suficiente para mantener los antebrazos y la parte de los brazos al abrigo de un carenado, dibujado por unas líneas que han hecho ganar al modelo una carreta de puntos con respecto a la versión anterior. Las piernas quedan bastante acopladas en la ergonomía del depósito, y también relajadas, dispuestas para el viaje, por la posición en la que las dispone unas estriberas bajas, muy aptas también, y como veremos al final, para la conducción puestos en pie. En general, se trata de una posición que mantiene todos los músculos del cuerpo lo más relajados posibles, de cara a evitar el cansancio lo máximo posible durante una larga travesía.
Motor
Hemos hablado de él al principio, como un sello de identidad, pero si nos quedásemos tan sólo con esa parte, el lector podría pensar que esta Versys 1000 es una moto insulsa, y no es así, en absoluto.
El tetracilíndrico en línea es dulce y dosificable, desde luego. Efectivamente, es pura seda; pero si le buscamos las cosquillas, si le retorcemos el gas, no encontraremos ninguna malva, en absoluto. Al abrir todo, emerge del air box un sonido que puede sobrecogernos, si hemos pensado que esta mil es una mera extensión grandota de su hermana bicilíndrica y de 650. Pero, de otro modo, también puede exaltar sin duda la parte más excitante del motorista, si es que la tiene, claro está, y si no, esta Versys 1000 también estará dispuesta para el paseo más pausado y placentero. En cualquier caso, cuando ese sonido gutural y bronco emerge desde las entrañas del tetracilíndrico, su empuje resulta tan poderoso como administrable, sin que vaya a poner en un aprieto inesperado al motorista atento, con el debido grado de concentración puesto en el control de la moto y del escenario en el que se desenvuelve.
Y hasta este punto, estamos hablando del carácter genérico del motor que luego, con el dopaje de la electrónica, que se controla desde la piña izquierda, que cuenta con el KTRC y que desdobla el motor en dos modos de entrega:
Full: Es la programación que muestra el motor tal como es y como lo hemos descrito hasta ahora.
Low, que recorta un 25% de la potencia y está programado para condiciones dificultosa, como la lluvia o las carreteras rotas con gravilla, y otros elementos comprometedores.
El KTRC: Control de tracción de Kawa, se puede seleccionar en 3 niveles, donde en el número 3 es el que más interviene, mientras que el 1 permite incluso cierto deslizamiento (criterio general de Kawa para sus modelos). También se puede desconectar, si se desea.
Suspensiones
Un punto delicado y muchas veces de entender, o incomprendido, en el mundo de las trail, por muy pensadas para el asfalto que se ofrezcan. En la Versys 1000 se cumple el compromiso con muy buena cintura, dando unos primeros milímetros blandos y muy ajustados, lo mínimo, pensando en la conducción fuera de carretera y de mero trámite, para mantener de forma instantánea una firmeza en asfalto, en el tramo siguiente, que da a la moto el aplomo suficiente para transitar por la curva, a buen ritmo, con una robustez irreprochable. La Versys 1000 no se descompone ni en los cambios de dirección más rápidos y exigentes –como si abordásemos una chicane-, ni retrasando lo máximo la entrada en el viraje, para marcar después un pico en la trazada, con el enérgico giro de la moto, natural y consecuente en esa situación.
Por otro lado, ese pequeño margen, más bien blando, que ofrecen ambas suspensiones, se traduce también en un considerable valor a la hora de viajar, incluso de plantearse las grandes travesías que sugiere el talante rutero, destacado en esta Versys 1000.
La Frenada
Dosificable, natural, contundente y algún calificativo más en pro de la efectividad para este apartado tan delicado en una moto de apreciada polivalencia como ésta. El ABS interviene con muy buen criterio, permitiendo en seco una retención extrema, si fuese necesaria, y evitando bajo la lluvia, por ejemplo, los nefastos efectos del manotazo del pánico, que pudiera aparecer –ocurre con bastante frecuencia- entre los motoristas alérgicos al suelo mojado.
En cualquier caso, la maneta se siente suave digamos en el primer par de milímetros de su recorrido, provocando una retención muy contenida, para tomar un tacto mucho más sólido y lleno en el tramo siguiente, como esperando el apretón final que dejará la moto seca, en términos castizos, dentro de una distancia que, simplemente, no cabría en nuestra imaginación.
En Ciudad
El radio de giro, casi propio de una moto de trial, le aportan un extra inicial en el escenario urbano. Y aún montando las maletas, de diseño tan recogido como efectivo en capacidad, y también en aerodinámica, la Versys 1000 fluye con soltura entre el tráfico más denso. Su juego de cintura resulta prodigioso a la hora de sortear obstáculos de cuatro ruedas, bloqueados en la urbe por su diaria obcecación de saturar tanto calles como avenidas, lo mismo que las circunvalaciones y vías de acceso.
A la hora de aparcarla, el caballete lateral ofrece un apoyo suficientemente sólido, en la mayoría de los casos, mientras que el central representa un auténtico lujo –sobre todo hoy día- a la hora de asentarla sobre el propio asfalto, o una acera; y ya que lo hemos mencionado, a la hora de cargarla antes de iniciar un viaje.
En Carretera de Curvas
Divertida, dócil, fácil, rotunda, la Versys 1000 tan sólo se ve limitada por la obligada altura de sus estriberas, que rozan con relativa facilidad, como en toda trail, pensada también para la conducción puestos en pie. La dulzura del motor, del cambio, la suavidad y progresión de las suspensiones y el tacto tan dosificable de los frenos forman un conjunto armónico para fluir con una natural efectividad sobre el trazado más sinuoso, y si está mojado, casi mejor.
La Versys 1000 es una de las motos que mayores satisfacciones puede dar en este escenario a un usuario que busca sobre todo la polivalencia. Pero, debo de advertir al lector que esta apreciación no es del todo objetiva, o del todo general, debido a las medidas de quien le escribe (1,91 m /107 kg). Se trata de una moto polivalente un tanto larga, y me consta, y por la consulta que he hecho a compañeros de otros medios, un motorista de talla más recortada necesitará hacer un pequeño esfuerzo extra, tirando algo de hombros, a la hora de girar esta Versys 1000 para meterla en cada viraje. Tampoco es que tenga que empezar a plantearse hacer pesas, aunque en su vida haya tocado una mancuerna.
En Autopista
Es de las trail, o trail de asfalto, como se quiera llamar, que más protege al motorista viajero. La ergonomía y la envoltura de su semicarenado extendido la llevan a un punto sobresaliente en esta categoría, algo a lo que contribuye su cúpula regulable, que ha ampliado su protección con respecto a la versión anterior, desplazándose ahora 75 mm, con sólo aflojar a mano dos palomillas, por los 30 que lo hacía antes. Por otro lado, ese grado algo deportivo que marca la postura del tronco ayuda en gran manera al acoplamiento del motorista con las formas aerodinámicas de esta Versys 1000. De esa manera, los kilómetros pasan por los flancos de la moto con la mínima factura para el cansancio del motorista, hasta el punto de acercarse al grado de confort que ofrecen los modelos reyes de la autopista.
De Noche
La luz de serie es sencillamente superior; aunque nunca en moto nos parece suficiente. El haz que proyectan, desde el carenado, los faros de la Versys mil es bastante para continuar nuestro viaje con una seguridad aceptable a lo largo de una carretera mínimamente señalizada. La luz trasera también nos garantiza se bien vistos por la retaguardia; aunque en este aspecto, raro es hoy en día la moto, pequeña o grande, cara o barata, que no lo haga así.
Hasta aquí, hablamos con la luz de serie, porque si lo hacemos después de encender los faros auxiliares, el resplandor se extenderá hasta hacerte sentir como si condujeras tras el volante de una gran berlina.
Por la Tierra
Sólo al mirar la curva que marcan los cuatro colectores, en un punto tan bajo, tan adelantado, y tan expuesto, ya nos hacemos una idea de cuáles pueden ser las intenciones off road de esta Versys 1000. Efectivamente, si acaso, son de mero trámite. Aun así, decidimos abandonar el asfalto con esta nueva versión de la trail grande de Kawa para conocer sus reacciones y trasladar al lector las sensaciones que transmite.
Al ponernos en pie sobre los estribos, la moto se siente mucho más natural de lo que cabría suponer, con ese punto de inclinación que lleva el tronco ligeramente hacia delante y que ya hemos subrayado. Después, en las primeras evoluciones ya se siente, también, bastante más conectada al motorista de lo que su aspecto polivalente harían pensar. La Versys 1000 responde con suficiente precisión a las órdenes que le damos con los movimientos del cuerpo, con los giros del tronco y con las presiones de ambas rodillas sobre el depósito. La moto se comporta con nobleza, cuando la guiamos por el camino, huyendo de los traicioneros regueros o cuando apuntamos la nariz de su carenado hacia el giro cerrado que nos marca la pista de tierra. La dulzura y progresividad del motor contribuyen como dos aliados extra a la hora de controlar la conducción con el gas, de manera que, en cuanto tengamos mínimamente tomado el punto, no hará falta, apenas, la intervención del control de tracción, con su severo criterio electrónico sobre la tierra, cortando en seco en cuanto detecte el deslizamiento que considere excesivo de la rueda trasera; aunque, como decíamos, comprobamos que te permite derrapar algo, un punto mínimo, para facilitar la conducción, metiendo mejor esta nave en la salida de los virajes sobre la pista de tierra.
Por otro lado, los cardan de hoy día son maravillosos, pero qué duda cabe que una transmisión secundaria por cadena representa una garantía extra a la hora de transmitir el empuje del motor con la mayor precisión posible sobre la tierra.
Con la frenada, ocurre algo parecido. Muy dosificable, nos permite detener la moto con una aceptable seguridad sobre la tierra, a pesar de apoyarse sobre neumáticos mixtos, con medidas deportivas. A ello también contribuye la nobleza de su geometría y además, la salvaguarda del ABS.
En definitiva: Si no fuera por la situación de los colectores, tan expuesta, esta Versys 1000 daría bastante más de sí por las pistas de tierra de lo que su aspecto, y su posicionamiento asfáltico en el mercado, harían pensar. Porque no vamos a negar al lector que, cuando al mismo tiempo que nos alegramos con el gas sobre la tierra, nos preocupamos por las pedradas que puedan recibir los escapes u otras partes de la moto.
En cualquier caso, a ritmo de travesía, nos podremos adentrar, sin problemas, por una pista pisada o una pista que con conozcamos o que hayas repasado antes con notas o fotografías. Otra cosa bien distinta es meterse con la Versys 1000 a explorar por un camino, sin conocerlo, y con el riesgo de que llegue a convertirse en una senda estrecha e intrincada.
Extras
Kawasaki ofrece un listado bastante completo, dedicado sobre todo al aspecto más turístico de su Versys grande.
Además de las maletas laterales que ya hemos mencionado, se puede instalar un baúl trasero de 47 litros, puños calefactables o faros de LED adicionales. También los protectores de las manos, un candado integrado para el casco o un conector, además del indicador de marcha, fuera del cuadro, que nos da su cifra después del cálculo que hace la centralita de la velocidad que llevamos relacionada con las r.p.m. del motor.
El Navegador
Kawasaki ha llegado a un acuerdo de colaboración con TOM TOM para lanzar una promoción que ofrece su Rider 400 junto con los soportes originales Kawasaki. El TomTom Rider 400 aparece en el mercado con una nueva interfaz y un nuevo diseño. También incluye un nuevo soporte, que permite al usuario girar la pantalla en posición vertical (similar a su smartphone), lo que ofrece una mejor previsión con antelación de la ruta.
Además, resulta muy fácil programar una ruta, escogiendo carreteras de curvas o caminos de montaña (preferencias personalizables). Incluye una pantalla táctil de 4.3” con 16GB de memoria, ampliable vía ranura microSD. Además, puedes subir rutas GPX e incluso compartirlas con otros dispositivos. También incluye manos libres y conexión Bluetooth.
El Kit del TomTom Rider 400 ha sido diseñado especialmente para Kawasaki, e incluye las siguientes características:
Mapas de 45 países
Tráfico en tiempo real.
Cámaras de control de velocidad.
Funda protectora original de TomTom.
Embalaje y pantalla de bienvenida personalizados para Kawasaki.
El Consumo
Con una conducción ligera en diferentes escenarios, las cifras que recogimos lo sitúan entre los 5,4 y los 5,6 a los cien, lo que nos lleva a una autonomía de unos.
Pegas
-El control de tracción se basa en un sorftware muy esquemático, que corta radicalmente el gas cuando detecta un deslizamiento y que también deja un intervalo, que en ocasiones resulta demasiado largo, para devolver la tracción a la rueda.
-El indicador de la marcha insertada aparece con dígitos rojos en un marcador fuera del display general. Este detalle puede presentarse, para los más perfeccionistas y exigentes, como un añadido encasquetado en el interior del carenado. Pero fuera de exigencias, la señal que utiliza no marca la marcha al instante, en tiempo real. Necesita un margen que tal vez puede desorientarnos en algún momento.
Conclusiones
Una moto completísima, como hemos podido ver, parte por parte, con una fiabilidad y con una robustez añadidas, de las más sólidas que hoy día ofrece el mercado, tanto para viajar como para ese uso diario que no puede detenerse con cualquier detalle insignificante que nos lleve con la moto al taller. unimos
Precio: 13.299 €
La noticia sobre Kawasaki Versys 1000: La Versatilidad más suave es contenido original del blog de MoriwOki
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