1845 euros
Si no es el más poderoso, desde luego que es de los argumentos más contundentes que propone esta creación china, con estilo cafe racer, para que la demanda del mercado se incline por su compra. La realidad es que este precio ha catapultado esta pequeña moto hasta la lista de superventas en el poco tiempo que lleva en nuestro mercado. Por esa razón, la hemos querido tener, repasar y conducir para nuestros lectores.
La cuestión es que por el precio de unas vacaciones, la marca Hanway nos ofrece la oportunidad de jugar, o de hacer un guiño, al mundo del cafe racer; aunque jamás hayamos soñado con hacer una carrera urbana durante el tiempo que suena la canción de una gramola (origen cafe racer).
La Apariencia
Esta 125 atrae la atención de las miradas con una fachada ciertamente llamativa, que además, y para sorpresa de prejuicios que pudieran haber asentado los primeros precedentes chinos en el mercado, no se trata de una imagen efímera que vaya a desvanecerse con el primer sello en su cartilla de revisiones.
La Raw Cafe, evidentemente, no es un modelo duro y resistente como para viajar cruzando La Península o para permanecer con nosotros toda la vida, si no es dentro de una vitrina, pero sí que permitirá a sus propietarios disfrutar de placenteros paseos de barriada o contemplando una estética con el magnetismo que atrae ese rancio sabor, tan de moda en las últimas temporadas.
1845 euros es la referencia que debemos de tener siempre presente a la hora de repasar el remate de esta Raw Café. La mayoría de los detalles cumplen con una dignidad más que ajustada a su precio y en algún caso, como el de la tija superior o el de la pintura, denominada “British Green”, se aprecian visiblemente por encima. Pero ver es creer, reza el dicho como norma general, pero para el mundo de la moto necesitamos dar un paso más y conducir: Así pues, nos ponemos en marcha con esta pequeña cafe racer china para ver si todo lo que proyecta, y parece prometer, su imagen impactante, tiene un rendimiento aprovechable en marcha.
Motor
Su origen es Yamaha, aunque se monta en Jianshe, y rinde 8,8 CV. Al pulsar el botón de arranque, se pone en marcha al instante y se escucha un sutil susurro que nos obliga a afinar el oído, si queremos percibirlo con el más mínimo ruido urbano de fondo. Este detalle sorprende después de haber observado el escape con forma de megáfono, al estilo cafe racer, que marca la estética del lateral derecho. Esta suavidad para el oído es como el título del relato completo que nos va a contar esta Raw Café en movimiento. Dulzura, seda, terciopelo, caricia, delicadeza…, todos los calificativos relacionados con la suavidad tienen cabida en el orden de marcha que sigue el pequeño y sencillo 125 que propulsa a esta Hanway. Esos 8,8 CV impulsan esta pequeña cafe racer hasta los 120 km por hora, para mantener un crucero razonable y sin comprometer la mecánica, refrigerada por aire, más allá de los 110. Si bien es cierto que las cinco marchas, bien escalonadas del cambio, le dan una aceleración digna, a la salida de los semáforos, y suficiente para escapar de la vorágine de cuatro ruedas que en muchas ocasiones arrancan con la luz verde.
La Posición
A pesar de montar dos semi manillares, resultan tan abiertos que colocan nuestros brazos, prácticamente, en la posición de una naked, mientras que nuestros pies va a apoyarse sobre unas estriberas un tanto adelantadas, dejando el cuerpo en una postura cómoda y natural para circular por las calles de nuestro barrio o nuestro pueblo, sobre un asiento con forma monoplaza, al estilo más cafe racer de los sesenta.
La Frenada
Resulta más que suficiente, incluso sobrada para las modestas prestaciones del propulsor de 125, 4 tiempos y dos válvulas, refrigerado por aire.
Sí, un disco delantero de 300 mm que se sobra para parar la moto, apoyándose sobre una horquilla invertida, que le da apariencia al conjunto y que funciona en buena sincronía dentro de ese orden que rigen los 8,8 CV. Además, en lugar de otro sistema más barato y antiguo, por esos 1845 euros, encontramos un disco de 220 mm sobre el eje trasero, que se soporta, como no podía ser de otro modo, sobre dos amortiguadores con muelles de doble efecto que funcionan, como todo en esta pequeña cafe racer, con suficiencia, tanto en comodidad como estabilidad, incluso soportando encima los 107 kilos de un servidor.
Detalles
Al ya mencionado de la pintura “British Green”, hay otros detalles que sumar de una calidad más que aceptable, por ese precio de 1845 euros. Por ejemplo: el propio asiento, con un mullido suficientemente firme y una piel sintética de aparente consistencia, el piloto trasero, con una luz realmente llamativa, tan necesaria en una moto de prestaciones austeras sobre la autovía para ser bien vistos desde atrás. Pero la que podemos llamar “la joya de la corona” es el reloj central, de esfera redonda, que preside nuestra visión desde los manillares. Contiene toda la información necesaria: Las revoluciones en una escala esférica y digital, la velocidad en cifras, el nivel de gasolina, los parciales, la hora e incluso la marcha engranada; todo ello, además, con un vistoso colorido nocturno.
Pegas
-Los espejos se muestran demasiado endebles y claramente es el punto en el que Hanway ha recortado más el presupuesto de coste, y creemos que se les ha ido la mano en este punto.
Conclusión
Un modelo válido para soñar con el mundo cafe racer por un precio irrisorio, una moto para incentivar a su propietario a comprar otra más grande en el futuro y a terminar de adentrarse en la pasión que vivimos todos los demás por las dos ruedas.
La noticia sobre Hanway Raw 125 Cafe Racer: El Café a precio de miniatura es contenido original del blog de MoriwOki
No hay comentarios:
Publicar un comentario