Imponente y majestuosa, resulta imposible pasar ignorante junto a la voluptuosidad de esta Gran Turismo Ele, por poco o nulo interés que despierten las motos en quien lo haga; y desde luego, sus formas y sus volúmenes llamarán también la atención, qué duda cabe, entre el colectivo motorista, levantando el entrecejo de muchos y arrancando, eso sí, un comentario repetido entre otros: “Si es que esto ya es como un coche”. Nada más lejos de la realidad. Si quien deja caer estas palabras tras contemplarla tuviera el privilegio de subirse a ella y emprender la marcha, descubriría a buen seguro con sorpresa, que esta K1600GTL es una moto, toda una moto de verdad, y no sólo eso, sino que además encontraría una ligereza de manejo, imposible de imaginar al repasar su silueta en parado.
He tenido oportunidad de probar toda la saga K1600 de BMW, desde la GT hasta la GTL Exclusive, y desde la última Bagger hasta esta nueva GTL, con marcha atrás, sobre la que versa este reportaje. Y a pesar de haber hecho tantos kilómetros sobre ellas, no he dejado de admirarme por el mágico efecto que provoca ese trípode espacial que forma la suspensión Telelever con los extremos del motor hexacilíndrico, inclinado 55º hacia la rueda delantera. Un efecto que transmite la sensación de una ligereza que convierte también este modelo en una moto mucho más polivalente de lo que hubiéramos imaginado al descubrirla en el catálogo de BMW.
Ahora, con esta K1600GTL, he vuelto a disfrutar y a sacarle partido a esa asombrosa capacidad de giro, que puede poner frente a frente un tonelaje de 348 kilos con más de una naked despistada del mercado a lo largo de una interminable sucesión de curvas medias y rápidas, en un viaje como el que hice con ella hasta el corazón del Pirineo oscense, donde podría llegar a agotar a la moto desnuda, mientras un servidor conducía acomodado sobre un auténtico sofá de salón.
Posición sobre la BMW K1600GTL
Mi estatura (1,91m) me llevaba a pensar que me sentiría un tanto extraño, con las piernas algo replegadas por la altura que ofrece el asiento (750 mm) de esta K1600GTL, sumado a la posición del tronco, completamente erguido, por la prolongación hacia atrás que extienden los dos semimanillares. Pensé que las piernas en esa postura, además de ese espíritu de quemado que perdura dentro de un servidor, me invitarían a llevar el tronco bastante más inclinado hacia delante.
Bien. No cabe duda de que en la imagen que proyectaba mi figura sobre esta GTL se me veía con las piernas replegadas; desde luego es así; sin embargo no me sentí sentado, en absoluto, sobre el borde de un sofá y arrimado a una mesa baja, como me ha ocurrido en otras motos. Sí es cierto que, en un primer momento y en parado, fue así, y que también sentí el tronco demasiado erguido, comparado con el universo completo de las motos, ya que lo llevaba prácticamente colgado de los dos enormes semi manillares.
Pero lo cierto es que esa sensación desapareció en el mismo momento de ponerme en marcha y percibir el empuje de los seis cilindros poniendo en equilibrio este buque insignia de BMW. Y así fue cómo a partir de ese instante, me sentí integrado en esta nave alemana.
Y ya en marcha, volví a descubrir, una vez más, cómo una posición de limusina, una posición de lujo -las dos con ele- preparada para hacer una enormidad de kilómetros, puede hacernos sentir de lo más resueltos a la hora de negociar las carreteras que serpentean una cordillera entera, cambiando de dirección esos 348 kilos (maletas incluidas), como hemos anticipado, con una agilidad que no cabe en la imaginación, cuando contemplas en el escaparate del concesionario el volumen que desplaza esta K1600GTL.
En curva con la K1600GTL
Esta Gran Turismo de lujo responde de forma instantánea y con la precisión de un escalímetro a la mínima señal que hagamos sobre la dirección. El simple gesto de empujar levemente el puño, con un solo dedo, provoca la reacción inmediata del contramanillar. De esa forma, la K1600GTL resulta llamativamente rápida en los cambios de dirección, sin que sus dos metros y medio de longitud dejen opción, por otro lado, al más mínimo nerviosismo en el paso por cualquiera de esos virajes ondulados, perfilados por alguna bañera del asfalto.
Eso sí, si hablamos del momento justo de meter esta GTL en el viraje, de lo que solemos llamar “el momento de tirar la moto”, sus kilos se dejan notar. Aunque también es verdad que se trata tan sólo de un tránsito que requiere un periodo de adaptación que podemos cifrar, más o menos, en unos 200 kms, dependiendo del recorrido y del motorista. Una vez superada esa pequeña adaptación, la K1600GTL gira con una mayor naturalidad, de una forma dócil, de manera que enfilarla hacia el punto más cerrado de la curva se convierte en una maniobra verdaderamente sencilla, sobre todo teniendo en cuenta que hablamos de una moto que desplaza más de tres quintales. Nuevamente aparece la magia del trípode espacial.
En cuanto al paso por curva propiamente dicho, la K1600GTL se tiene con verdadera nobleza, apoyándose en el magnífico agarre que ofrecieron los Metzerler durante toda la prueba, y permitiendo un ángulo de inclinación inaudito, llevándonos a olvidar que vamos subidos sobre seis cilindros transversales. La verdad es que la ingeniería germana ha obrado casi un milagro construyendo un motor tan grande que pesa nada más que102 kilos y mostrando una anchura de tan sólo 555 mm.
El Hexacilíndrico de BMW
Ya que venimos de hacer curvas durante todo el apartado anterior, lo remataremos refiriéndonos a su parte final; puesto que es en la salida de cada viraje donde el poder de los 1.649 cm que cubican los seis cilindros toman todo el protagonismo, levantando esta K1600GTL, con sus 160 CV, como si fuera una auténtica pluma y lanzándola con suavidad eléctrica a unas cotas de las que sólo podremos disfrutar en una autobahn alemana. Un tránsito que podremos hacer casi siempre en 5ª o 6ª, dejando las marchas más bajas al margen, como si fueran piñones suplentes dentro de la caja de cambios.
Y es que la atención que despiertan los 175 Nm a 5.250 rpm que ofrece el par total de la K1600GTL, quedan eclipsados tras de los 110 que son capaces de entregar sus seis cilindros ¡a tan sólo 1.500 rpm!
Por otro lado, el gran motor de esta GTL guarda también un punto deportivo que sorprende en la parte más alta del cuenta revoluciones, cuando la admisión ruge como una bestia oculta al estirar las marchas más cortas hasta las 7.750 rpm del corte, comiéndose, literalmente, la carretera como si condujésemos una moto mucho más ligera, estrecha y sport.
Aparte del rendimiento, hay que dedicar un apartado mínimo a este aspecto siempre importante en un motor diseñado para el turismo. Tenemos que decir que sí, que no como ocurría en la antigua Benelli 750 Sei, en esta BMW, las vibraciones se sienten de una forma muy discreta, desde luego, pero lo suficiente al menos como para recordarte que vas conduciendo un motor de explosión y que los eléctricos aún no han alcanzado a las GTLs. Veremos si el tiempo los hace subir tan alto.
Consumos de la K1600GTL
En una conducción mixta que comprenda autovía, ciudad y carretera nacional, a un ritmo bastante suelto, la BMW K1600GTL consume en torno a los 6,5 litros/100.
En autovía sin viento y sin jugarnos tampoco los puntos del carné, el consumo se queda justo por debajo de los 7 litros/100; mientras que en la autopista, con un viento bastante fuerte, la cifra se fue hasta los 8 litros/100.
Así pues, con una capacidad de 26,5 litros en el depósito, la autonomía total de esta GTL, incluyendo la reserva, oscila entre los 330 y los 407 kilómetros.El cardan de BMW
El sistema paralever no se deja sentir en la conducción, no se percibe ninguna reacción que condicione o influya lo más mínimo en el comportamiento de la moto en marcha. Ni siquiera provoca tirones o temblores en las reducciones más exigentes, con la moto cargada, sobre una pendiente en bajada.
Cómo es el tacto del Telelever BMW
En cuanto a la escasa sensibilidad que, según muchos, transmite este sistema, cabe decir que, efectivamente y para quien firma este reportaje, no puede ser la misma que la que nos llega a través de una buena horquilla convencional; pero para el caso del Telelever, volvemos a necesitar otro pequeño periodo de adaptación; y es que, al fin y al cabo, el motorista debe de ser, además de otras cosas, un sujeto adaptable a los terrenos, a la temperatura, al viento, la lluvia, al trazado de la ruta, a su agarre y también, qué duda cabe, a las características de la compañera con la que va a establecer una especie de simbiosis para sortear todas las dificultades de la carretera y vivir sus aventuras. La cuestión es que todas las motos exigen de alguna manera un periodo de adaptación, y siempre debemos de hacer un esfuerzo para ello, un esfuerzo particularmente mental.
Pensando en las rutas y en los ritmos que vamos a circular -aunque puedan llegar a ser muy altos-, evidentemente no necesitamos ni la precisión ni la sensibilidad de una horquilla Ohlins, por ejemplo, pero aparte de ello, la información que nos transmite el sistema Telelever es más que suficiente para mantener controlada esta K1600GTL en todas las circunstancia de la ruta, después de haber puesto interés en esa adaptación que hemos mencionado para percibirla.
Finalmente, el Telelever ofrece dos compensaciones a su pequeña desventaja en sensibilidad respecto de la horquilla convencional: una jugando un papel como elemento de pivote en ese trípode, mágico y espacial, que hemos descrito antes y la otra la vemos en el siguiente apartado.
Frenada de la K1600GTL
Resulta sobrada con el conjunto de dos discos de 320 mm delante, más otro de la misma medida detrás, para detener los 560 kilos de carga total que puede desplazar esta GTL, y sobre todo contando con el efecto del Duolever montado en las suspensiones, que parece comérselo todo; siendo ésta es la segunda compensación a la que nos referíamos. Una facultad que ayuda de forma inédita y genuina al motorista, logrando la desaparición de un porcentaje muy alto de los efectos que crea la inercia, la llamada “carga negativa” en la frenada; unos efectos, por otra parte, ineludibles en una moto con horquilla convencional, por muy fantástica que ésta sea.
Para remate, el ABS asegura el conjunto de la frenada con la máxima seguridad que se puede dotar en esta apartado a una moto de la gran ruta.
Aun así, la potencia y la precisión que ofrece el conjunto de frenada que equipa esta K1600GTL deja poco margen de intervención al ABS, inclusive con el suelo mojado.
Protección de la BMW K1600GTL
De cara al frío o la lluvia, la protección de esta carrocería, tan ergonómica que se echa de menos la silueta del piloto sobre el vano que dibujan sus líneas llega hasta a los pies, si conducimos apoyando su parte delantera sobre la estribera, con lo que la única parte de nuestras botas que recibirá el impacto del viento será la suela.
Dominio de la ruta sobre la K1600GTL
Es cierto que desde la posición de conducción se tiene prácticamente la misma perspectiva que la que se contempla desde la versión GT, con tronco algo más inclinado y recogido. Pero la sensación no llega con un matiz diferente. Quizá por la amplitud que marcan los semimanillares de esta K1600GTL y también por la distancia que abren desde la mirada del motorista hasta el cuadro y la concavidad del carenado, el caso es que te sientes con un grado más de dominio sobre la carretera. Si a eso añadimos que la visión a través de los espejos es, sencillamente, panorámica, ese dominio se extiende también a nuestra retaguardia.
A Dúo con la BMW K1600GTL
¿Cómo definir el confort que ofrece la plaza trasera de esta Gran Turismo Ele?
Pues tal vez diciendo que para quien siente cierto rechazo a vivir el papel de acompañante en una moto, por puro desconocimiento, por el cierto riesgo y sobre todo por las supuestas incomodidades que representa, esta BMW le pone en bandeja una oportunidad de oro realmente difícil de rechazar para que todas esas pegas se desmoronen.
Lo cierto es que al sentarse en la plaza del pasajero de esta GTL puede sentirse como lo más parecido a un ministro llevado en moto. La perspectiva de la plaza trasera pasa sobre el casco del conductor, permitiendo contemplar toda la panorámica que se extiende delante del parabrisas. Una auténtica butaca preferente para recibir con esa intensidad inaudita que proyecta cualquier paisaje sobre el motorista que lo atraviese.
Hice la prueba del pasajero con una persona que jamás había subido en una moto y que, por tanto, presentía ese vértigo natural que sufre al verse en equilibrio cualquiera que no conoce el mundo de las dos ruedas. La seguridad y la confianza que transmite el sofá de la plaza trasera, junto con lo forma monolítica de pisar el asfalto que deja sentir todo el conjunto, disolvió ese vértigo hasta quedar en el baúl de los recuerdos, después de recorrer siquiera los dos primeros kilómetros sobre esta K 1600 GTL.
Por otro lado, si el hábito del lector es el de viajar en pareja para llevar a cabo grandes viajes, con largas travesías que también transitan fuera de las autopistas, incluidas las carreteras de montaña, y exigiendo, además, el máximo confort, esta GTL también será su moto ideal. Por supuesto.
De noche conduciendo la K1600GTL
El sistema Xenon HID Head Ligth de la serie K, aparecido ya en 2.010, es un módulo móvil de proyección contra un espejo, montado en el centro del grupo óptico, que sencillamente obtiene unos resultados situados en el mundo de la ciencia ficción hace unos años y de la vanguardia más avanzada en la actualidad:
Por un lado, el haz de luz que se dibuja sobre el asfalto es asimétrico, alcanzando un algo más lejos por el lado derecho. Por otro, el nodo cluster que gobierna el sistema recibe la medida de las alturas en ambos ejes para regular de forma automática el alcance de las luces en las diferentes circunstancias de carga: sólo con el conductor, conductor y pasajero, conductor, pasajero y equipaje. Además de ello, el sistema regula la proyección de luz en tiempo real, de manera que al atravesar una zona bacheada u ondulada se mantiene indeformable sobre el asfalto, sin variaciones.
Y por último tal vez lo que resulta más sorprendente. Con la información del grado de inclinación, que también utiliza el control de tracción, ese mismo nodo cluster gobierna el espejo interior para regular el ángulo de incidencia con el que refleja la luz del xenon para mantenerla siempre exactamente horizontal, por muy pronunciado que sea el ángulo de inclinación que alcance la moto.
Puesto en la práctica a lo largo de varios kilómetros nocturnos con la K1600GTL por la cordillera, se recibe como un verdadero lujo, que justifica aun más la ele final que nombra a este modelo. Y de esta forma resulta también bastante curioso cómo se rompe por fin esa proporción inversa que siempre hemos sufrido todos lo motoristas: Cuanto más de prisa vas, más inclinas y menos ves.
Y esto es así con la luz de cruce, porque al cambiar a la de carretera (la larga) y conectar, además, las luces auxiliares de los laterales, en las curvas más oscuras, sencillamente parece hacerse de día.
Marcha atrás de la BMW K1600GTL
El sistema de reversa diseñado por BMW, aprovecha, como hacen otras marcas, el discreto empuje que puede desarrollar el motor de arranque a través de un cabe de acero conectado al diferencial de la moto. Apretando el pulsador erre, que encontraremos en la piña izquierda, surgirá escrita la misma letra en display para recordarnos que estamos en modo reverso. Ahora, manteniendo pulsado el botón rojo de arranque, la K1600GTL iniciará y continuará una marcha muy lenta hacia atrás.
El recurso se agradece en cualquier circunstancia con una moto tan grande, y más aun si nos movemos acompañados sobre ella; pero tal vez se agradezca incluso más cuando tenemos que salir marcha atrás de un aparcamiento en bajada. En esa circunstancia, resulta simplemente providencial, moviendo con suficiente fuerza los 560 kilos de carga total que puede desplazar esta GTL, mientras que los seis cilindros suben de vueltas automáticamente para compensar la descarga de la batería.
Para que el sistema funcione, es imprescindible que el motor esté en marcha, en punto muerto y el caballete lateral plegado. Por otro lado, si te olvidas de pulsar el botón erre para restablecer la marcha ordinaria, el sistema bloquea la palanca de cambios, y no te deja insertar ninguna marcha.
Un lujo sonoro en la K1600GTL
Con el sonido estereofónico que nos llega desde el frente a través de los cuatro altavoces que escoltan la consola, la música se escucha con una notable calidad, que representa otro verdadero lujo para justificar la ele del que se puede disfrutar -dependiendo del viento- hasta los 120 por hora, siempre con el parabrisas automático elevado y con la pantalla del casco al menos abierta en su punto más bajo. Como añadido a la radio, puedes enchufarle, en la guantera del lateral derecho, una selección de tu música favorita contenida en un pendrive.
Precio de la BMW K1600GTL
26.500 euros
La K1600GTL comparada con sus rivales
Buscando la meta de un confort exquisito, esta BMW se topa con otros dos modelos del mercado en su camino, que si bien buscan lo mismo, lo hacen por un camino de matiz bastante diferente.
Por un lado, La Harley Davidson Ultra Classic, de la que escribí en su día, como conclusión de su prueba, que era sencillamente la moto más cómoda a la que me había hasta entonces. Así sigue siendo. Y por otro lado, la que podríamos calificar como “La limusina sobre dos ruedas”: La Honda Gold Wind. Una moto también emblemática -¡quién se atreve a dudarlo!- que se fabrica en Japón desde los setenta con una orientación que apunta tan claramente hacia los USA como la misma Harley. La Gold Wind también busca esa exquisitez al viajar, aunque lo hace desplazándose como un gran buque sobre la carretera para convertir en un auténtico lujo -incluso ostentoso- el equilibrio dinámico de una moto.
Al poner frente a frente la BMW K1600GTL de nuestra prueba con estas dos grandes motos, nos encontramos con que tanto la Honda como la Harley son modelos diseñados para atravesar vastos territorios, durante kilometrajes rectos que se antojan eternos a los europeos, en los que una línea invariable, que sólo acaba en el infinito, dibuja casi todo el trazado del viaje. Mientras, la K 1600 GTL, por su parte, ofrece todo ese confort, sin dejar de desplazar una masa considerable, pero brindando un movimiento de cintura tan fluido, acompañado de una insospechada agilidad, que resulta portentoso, y más propio de una moto mucho más contenida, sustancialmente menos pesada y bastante más polivalente sobre el papel, antes de subirse a ella. Ésa es la dirección sobre la que se mueve esta GTL de BMW, proponiendo una oferta de matiz único en el mercado de las motos turísticas.
Lo mejorable en la BMW K1600GTL
-En la marcha atrás: A la hora de parar, cuando dejamos de presionar el botón de arranque, la moto no se detiene de inmediato, sino que la inercia lleva aún la moto medio metro atrás. Este detalle es particularmente importante para motoristas de corpulencia S, que deberán estar atentos al freno antes de que esa inercia, cuando menos le inquiete.
-Montando una carrocería tan voluminosa y extensa, las manos quedan en buena parte expuestas; algo que cuando nos enfrentamos al frío polar de la autopista, deja escasa la calefacción de los puños, por muy caliente que la seleccionemos, sintiendo desprotegido el dorso de las manos.
-El cambio y la propia transmisión no llamarían la atención en otra moto, pero en un modelo que cuida el matiz y el lujo hasta el punto de ofrecer una luz interior para el baúl o el cierre centralizado de sus tres maletas. el sonido en forma de clac y cloc que hacen resultan ruidosos.
Conclusión sobre la K1600GTL
Teniendo en cuenta el precio, que nos devuelve al principio de este reportaje por situarse junto al de muchos coches, y si la situación económica del lector lo permite, podrá mirarse a sí mismo y preguntarse si primeramente siente una auténtica pasión por la moto, y después de ello, si la siente por viajar sobre dos ruedas con el mayor confort, guardando la forma más razonable y equilibrada que existe. Si es así y se siente así, la K 1600 GTL puede ser la moto de ese lector.
Por otro lado, una vez que la tenga en su garaje después de hacer los primeros kilómetros con ella, descubrirá que le permite mucho más de lo que sus fotos y su contemplación en parado dentro del concesionario podía transmitirle, encontrando una moto muy válida para hacer salidas dominicales por las carreteras que serpentean la montaña o el pantano más cercano, dejando al margen de su plan únicamente las travesías más tortuosas, pasando por auténticas trochas de asfalto. Y descubrirá, además, que esta K1600GTL puede acompañarle en esos trayectos interurbanos por autovías de ida y vuelta, y por las autovías de circulación, que muchos llevan a cabo de forma frecuente o incluso cotidiana por motivos de trabajo.
Una moto, por tanto, que le resultará mucho más excitante, útil y polivalente de lo que hubiera imaginado, llegando a sustituir también al pretendido coche en más de una y más de dos circunstancias.
La noticia sobre Prueba a fondo BMW K1600GTL, el espíritu viajero a caballo del lujo es contenido original del blog de MoriwOki