Moto Madrid 2.018: Otro año, a pesar de la lluvia, un éxito por el que felicitarse

Un año más el Palacio de Cristal de la madrileña Casa de Campo ha acogido otra edición de este salón caracterizado por su ambiente cercano, incluso entrañable; y otro año más la lluvia no ha querido perderse la cita de los motoristas de la Zona Centro con su espacio de reunión anual, aunque en éste, ciertamente haya llegado para pasar literalmente por agua el fin de semana.

 

A pesar de esta lluvia machacona, la asistencia no se ha resentido, tal vez en parte por ese carácter abnegado y sufrido que distingue al motorista, y tal vez en otra parte porque ya esté asumida la presencia de ese cielo llorón durante los días de Moto Madrid; de esa manera, casi 40.000 personas se pasearon entre los stand y acotaciones que reunía más de 70 propuestas para satisfacer su visita.

Esta edición 2.018 de Moto Madrid no podía ser menos que otros eventos celebrados desde el pasado mes de agosto en el mundo de las dos ruedas, dedicando su principal protagonismo al querido y añorado 12+1, que ocupó con un amplio stand el espacio central de la planta superior, para exponer allí las joyas más valiosas que residieron en el museo Ángel Nieto durante los tiempos en los que aquel pequeño rincón dedicado a la historia del campeonísimo mantuvo sus puertas abiertas.

Desde la primitiva Derbi 50, con unas cotas tan diminutas que parecen propias del modelismo, hasta la Garelli 125, con su motor bicilíndrico de espectaculares prestaciones para su categoría y su llamativo anti dive mecánico montado sobre la horquilla. También desde la Bultaco 50 GP, recortada por las líneas rectas de su chasis monocasco, tocada por el radiador montado sobre el frontal del carenado y rematado por la batería sobre el colín, hasta la Derbi 80 en el marco principal del stand, con las voluptuosas formas de un carenado que cierra su quilla por detrás de los pies del piloto.

Todo un tributo de Moto Madrid al recuerdo del que ha sido el piloto más venerado del motociclismo español, que ha querido trascender también al aspecto material, destinando un euro de cada entrada a los fondos de la Fundación Ángel Nieto.

Pero antes de alcanzar el espacio dedicado al 12+1, el visitante se habría topado, nada más ascender por la escalera, con el stand de fondo rojo que Ducati Madrid desplegaba en el salón para lucir sobre un pequeño pedestal el orgullo boloñés de 2.018, la nueva Panigale V-4, con todo su poderío contenido en las formas más atractivas esculpidas por el diseño italiano.

En un lado y contrastando con el rojo transalpino, lucía el azul de Iwata, con una extensa exposición de toda la gama Yamaha, incluida su sección off road.  Y en el costado de la planta, la sobriedad del negro mate daba el tono a la representación inglesa que Triumph Madrid mostraba, tanto en su línea neoclásica como en la más vanguardista de sus segmentos trail y sport. Además de su stand, la marca de Hinckley había aparcado en la planta inferior un autobús panorámico de dos pisos, al más puro estilo británico, pintado rigurosamente en el mismo negro para resaltar la limpieza del blanco que rotulaba encima el emblema de la marca.

Harley Davidson Capital desplegaba el volumen de sus modelos sobre un generoso espacio extendido a lo largo de la inmensa cristalera que cerraba el fondo del pabellón. Royal Enfield también mostraba a los asistentes las líneas ancestrales de sus motos indostánicas, luciendo con un brillo genuino en un rincón decorado a juego con las monocilíndricas y el espíritu que transmiten su estética y sobre todo sus sensaciones de conducción.

El mundo digital también tuvo un importante protagonismo en Moto Madrid, con la presentación de un vídeo-juego que recrea, curiosamente, las carreras más tradicionales de velocidad que mantienen su vigencia en la actualidad. Víctor López, el piloto madrileño que participa habitualmente en las carreras de la Isla de Man estuvo presente con su moto, para dar apoyo a Bigben Interactive España, la firma que pone a disposición de sus vídeo-jugadores la Nord West 200 en un juego apto para Play Station 4 y Xbox One, reservando a las proximidades de junio la versión de la más legendaria, rápida y peligrosa de todas las carreras que se siguen corriendo hoy día. Hacer una vuelta virtual al circuito del Tourist Trophy será posible en fechas muy próximas a la celebración de la propia carrera, en su edición 2.018.

BMW y Suzuki, por su parte, también tuvieron su representación, cerca del simulador de moto que la aseguradora AMV ponía a disposición de los visitantes para sentir en parado las sensaciones más vertiginosas que se viven a buen ritmo.  Los amigos de 2T mostraban también todo su equipamiento de calidad Premium para el motorista más viajeros, como la vestimenta Halvarssons, de la que ya hicimos una prueba intensiva en este reportaje.

También pudimos ver a los compañeros de Todocircuito, que exponían, entre otras motos, las revolucionarias creaciones de un modesto constructor, con máquinas tan livianas que tienes que mirar dos veces la báscula, después de haber repasado con la vista la robustez que aparentan sus componentes fundamentales. Y, hablando del mundo actual de la velocidad, no quiso faltar a la cita la Honda RCV con la que Marc Márquez se ha proclamado campeón de MotoGP 2.017.

En la planta intermedia, se desplegaba un surtido mercadillo donde el motorista podía dar con interesantes ocasiones de ampliar el armario de su equipamiento.

Y en la planta baja, eran las creaciones de fantasía las que tomaban todo el espacio central para exhibirse dentro de un concurso que se resolvió durante la matinal del domingo. Como ocurre en las últimas reuniones de este tipo, la tendencia post nuclear parece la más seguida y mayoritaria, tomando las bóxer de BMW como base preferida de su trabajo, si bien es verdad que cada vez se ven más motores K, desplegando su bloque a lo largo de esas líneas que parecen recortadas con una radial de emergencia para huir de las alimañas mutantes en busca de la Cúpula del Trueno.

En el exterior del pabellón y durante las pequeñas treguas que concedió la lluvia, se pudieron desarrollar las actividades programadas, como ya es tradición en la muestra madrileña.

En resumen, que Moto Madrid 2.018 ha vuelto a ser también, un año más, otro recinto y otra ocasión para reunirse con los amigos y pasear junto a ellos por los corredores que van dejando a sus costados las últimas novedades expuestas bajo la luz y sobre los escenarios más sugerentes, que tal vez y en algunos casos, han incitado a la compra de su nueva moto, incluso allí mismo, en el espacio del propio salón.

 

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